Domingo 24 de octubre del 2010. Para muchos solo una fecha mas, sin embargo para la Nación Raider se ha convertido en una fecha memorable porque este día su equipo salió al terreno de juego a hacer lo inesperado, a jugar con el corazón en la mano y hacer sentir a sus aficionados que la esperanza existe, que las ilusiones se vuelven realidades cuando se juega con coraje y que es más importante defender los colores del equipo que pensar en la cuenta de banco.
El equipo de los Raiders, enfrentó a los Broncos de Denver, un rival de división considerado favorito, con un ataque aéreo de escándalo y jugadores peligrosos como Eddie Royal, Brandon Lloyd, Daniel Graham, Knowshon Moreno y Jabar Gaffney por mencionar a algunos y con su mariscal de campo Kyle Orton que en los primeros seis juegos de la temporada había completado nueve pases de anotación y 1,942 yardas por aire y que de mantener este ritmo, el record de Dan Marino de mas yardas en una sola temporada estaría en peligro.
Pero el equipo de los Raiders comenzó ganando esta faena desde el principio, es decir desde el volado de la moneda, tomaron la decisión de recibir y ahí comenzó a escribirse la historia.
Jason Campbell, quien venía de una actuación para el olvido apenas una semana antes ante el equipo de San Francisco y que durante toda la semana ni siquiera sabía si sería titular, comenzó su primera serie ofensiva desde su propia yarda veinte y en una serie de jugadas recorrió el terreno de juego pare culminar con un pase de 43 yardas al ala cerrada Zach Miller, después del punto extra los Raiders estaban ganando 7-0.
Kyle Orton entró con su equipo ofensivo y quiso sorprender al rival lanzando un pase largo en su primera jugada, pero el sorprendido fue él cuando no vio al esquinero Chris Johnson quien interceptó ese balón y lo devolvió 30 yardas a la zona de anotación. Antes de que muchos aficionados de Denver terminarán de llegar a sus asientos, los Raiders ya estaba ganando 14-0 y así fueron llegando las anotaciones una tras otra las cuales dejaron al equipo local sin oportunidad de reaccionar a este concierto de touchdowns y aunque las victorias son producto de equipo, cabe mencionar la actuación de Darren McFadden quien tuvo el mejor día de su carrera, acarreó el balón para 165 yardas y anotó 4 touchdowns, 3 de ellos vía terrestre, además de agregar 31 yardas por aire ayudando a su equipo a derrotar a los Broncos 59-14, lo cual impuso un nuevo record de más puntos anotados en un partido en la historia de los Raiders de Oakland superando los 52 puntos logrados en 1963, 2000 y 2002.
El equipo de los Broncos de Denver ahora sí que tendrá un largo viaje después de esta amarga derrota porque su próximo partido será en Londres Inglaterra contra los 49ers mientras que el equipo de los Raiders de Oakland regresa a casa para enfrentar a los Halcones Marinos de Seattle.
Ojalá y este equipo aguerrido que vimos en Denver sea el que sigamos viendo por el resto de la temporada 2010. Mientras tanto seguimos disfrutando esta victoria que quedara en la memoria de los aficionados de los Raiders por mucho, mucho tiempo.